Con Dios en el centro de nuestra unión, nos casamos. Como dice la Biblia en Mateo 19:6: «Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre». Nos comprometemos a amarnos y apoyarnos mutuamente, confiando en la unión que Cristo ha bendecido.

Gracias por acompañarnos.